Con el verano a la vista, es momento de empezar a pensar en ensaladas frescas y deliciosas, esas mezclas ligeras que hidratan tanto el cuerpo como el espíritu. La sandía es, sin duda, una fruta idónea bajo este planteamiento: dulce, refrescante y cargada de agua.

Su sabor suave se equilibra a la perfección con ingredientes más intensos, como el queso feta, y si le sumas el aguacate, obtendrás un toque de cremosidad extra que hará el plato más redondo y saciante.

Puedes añadir también unas aceitunas negras, cuyo amargor aportará un contrapunto bastante interesante. Así, con estos cuatro elementos - dulce, salado, cremoso y amargo- tu ensalada se convertirá en una sinfonía veraniega.

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Javier Rada

Monta la ensalada:

Corta la sandía, el aguacate y los tomates. Procura que los cubos sean de tamaño similar para una mejor presentación.

En una ensaladera o plato grande, mezcla la sandía, el tomate, las aceitunas, y el aguacate. Añade el queso feta desmenuzado por encima.

Rocía con el aceite de oliva y el zumo de lima. Salpimienta al gusto. Si usas balsámico, agrégalo justo antes de servir, en forma de hilos o gotas decorativas.

Añade unas hojas de albahaca o menta fresca justo antes de servir. Sirve inmediatamente para evitar que el aguacate se oxide.