Opinión
Elisa Mouliaá y el top de preguntas machistas en la justicia


Periodista
-Actualizado a
“¿No sería que usted quería algo con ese señor?”; “¿Se quitó las bragas?”; “¿Para qué se sacó el miembro viril?”;“¿No consintió nada?”; “¿Cuánto tiempo estuvo chupándole las tetas?; ¿Pero le dijo que parara?”; “No será que usted quería algo con ese señor, y al no corresponderle ese señor por eso ahora le denuncia, porque ese señor se ha reído de usted?". Son las preguntas que ha tenido que soportar Elisa Mouliaá en su juicio contra Iñigo Errejón. Aparte, cortando sus intervenciones, con un tono muy bronco. Todo lo contrario que con él.
El problema es que estas preguntas asquerosas y fuera de lugar, esa falta de comprensión de cómo opera la violencia sexual, ese tono despectivo y culpabilizador, no es nuevo. No entienden que puedes querer y negarte cuando te dé la gana, que incluso te puedes bajar las bragas y luego decir no, o que si un tío se saca el miembro cuando lo rechaces no va a ser para jugar al ajedrez, sino para violentar. Este juez, Carretero, no está solo. Parece de la misma escuela de otros compañeros y compañeras de oficio con sentencias vomitivas e inolvidables. Podemos hacer hasta un top de las más repugnantes.
Sobre las Manadas. La de Pamplona, según un juez había “excitación sexual”, “jolgorio” y “regocijo” ante una joven violada por todos los orificios de su cuerpo en un portal. 2021. Manada de Sabadell. Mientras ella relata la agresión, el fiscal pregunta: "¿Está usted segura de esto?"; "¿Intentó escapar en algún momento o salir de la habitación?". 2019, Manada de Manresa, no era agresión sino abuso porque ella estaba inconsciente y así no había "violencia o intimidación”.
Juzgado de Violencia de Género de Vitoria, preguntan a una mujer que denunció una violación si “¿cerró bien las piernas?”, y “¿cerró toda la parte de los órganos femeninos?”.
2019. La pregunta de un fiscal a una víctima de agresión sexual: “¿el pantalón que llevaba era ceñido y ajustado?” El juez tuvo que frenar el interrogatorio. Parece heredera de la sentencia de la minifalda.
Año 2000. Pontevedra. Amordaza a la víctima y la amenaza con cuchillo para penetrarla vaginal y bucalmente. ¿Los jueces? No era “particularmente vejatorio o degradante” porque, después de forzarla, le ofreció un vaso de agua.
Caso Nevenka, el fiscal fue apartado del caso tras decir “No es la empleada de Hipercor que le tocan el trasero y tiene que aguantarse porque es el pan de sus hijos” o "Uno se marcha si tiene dignidad y luego denuncia".
La Audiencia de Cantabria da “plena credibilidad” al testimonio de una niña que sufrió abusos entre los 5 y los 10 años, pero advierte de que no hay “uso de violencia” y reduce la pena del procesado al no considerarlo una agresión sexual porque “una niña de 5, 6, 7 o más años no va voluntariamente a una casa donde su morador la agrede”.
Juez que llamó “bicho” e “hija de puta” a María Sanjuán, tras denunciar violencia de género. Aunque se denunció al juez, no pasó nada porque aquello lo dijo en una conversación privada.
Empleadas del Corte Inglés de Murcia; su jefe les llamaba “chochitos” y las acosaba. Fue absuelto porque era sólo “falta de consideración y atención”. O 2011, Murcia, un juez anuló la condena de un maltratador porque no era delito amenazar con "una caja de pino" y que "zorra" no era insulto porque alude a la “astucia”.

El club de los “no hubo ensañamiento”. 1999. Ella recibe 70 puñaladas, pero no causó “un sufrimiento innecesario” a la víctima. Año 2017, Andalucía, rebaja de prisión tras asesinar a su ex pareja con 30 puñaladas porque era solo una muestra de “enojo ciego”. Año 2018. Rebaja de siete años a un asesino por no haber ensañamiento pero sí “apasionamiento”, a pesar de que reconociera que él se “deleitó con la muerte” de ella. Año 2000, Sabadell, estrangula y descuartiza a su mujer. La cabeza apareció en un descampado. Tuvo siete años menos de pena porque él no quiso “causar un dolor deliberado”.
Un sargento del Ejército del Aire fue condenado pero el tribunal militar del Supremo de España consideró que la sanción de suspensión fue “desproporcionada” porque no se valoraron las condecoraciones honoríficas del sargento ni su misión de Afganistán.
Se lo prometo. He tenido que dejar decenas y decenas de casos más. Son solo 10. He tenido que dejar fuera casos sin pena de cárcel, tras violaciones, porque les dan a cambio un curso de educación sexual. Habrá otros casos que se hicieran bien pero estamos en 2025 y un juez sigue preguntando por qué tardó en denunciar, si se quitó las bragas o define la situación de “magreo”. A ver qué mujer denuncia. Es la desprotección a las víctimas. Es la violencia institucional en su esplendor. Es el dolor a tantas mujeres. Es la vergüenza de la justicia más machista.
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