Ha llegado la Contaminocracia

La presencia de los máximos millonarios del mundo en la toma de posesión de Donald Trump nos da mucha información sobre el nuevo régimen que tratan de imponer en el mundo. Se trata de una oligarquía con aires de modernidad, cuya primera invitación es a aumentar el gasto en armamento. Que allí estuvieran los Musk, Bezos o Zuckerberg, entre otros megaricos, nos ilustra sobre el nuevo orden mundial que Trump representa. 

Coincide en el tiempo este evento, con la publicación de un informe de la organización Oxfam sobre contaminación en el Planeta. Los datos son estremecedores: el 1 % más rico de la población mundial generó la misma cantidad de emisiones de carbono que los 5000 millones de personas que componen los dos tercios más pobres de la humanidad. Es más, Investigaciones anteriores de Oxfam descubrieron que esta minoría rica era responsable del 15,9% de las emisiones mundiales de CO2 en 2019. El 50% más pobre representó solo el 7,7% de todas las emisiones ese año. Y mientras que los superricos han alcanzado su límite de 2025 en 10 días, a alguien de la mitad más pobre de la población mundial le llevaría casi tres años agotar su parte del presupuesto mundial anual de carbono.

El problema del cambio climático, es también un problema de desigualdad. Así, vemos que África, responsable de menos del 4% del total de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, sufre sin embargo con singular fuerza los embates del cambio climático. Todo ello sin que se consigan avances significativos en las negociaciones internacionales sobre la financiación para la mitigación y adaptación del cambio climático.

Es significativo que esos super millonarios fueran testigos directos y mudos del anuncio del Donald Trump de volver a las políticas energéticas del viejo paradigma petrolero americano drill baby, drill. Se trata de personas que podrán tener una influencia decisiva en la lucha contra el cambio climático, y sin embargo prefieren alinearse con quien apuesta sin ambages por la destrucción consciente del Planeta.

La responsabilidad de esas personas, con su nombre y apellidos, en el agravamiento del cambio climático y sus consecuencias es, por tanto, evidente.

Entramos efectivamente en una nueva era, la Contaminocracia: el gobierno de los contaminadores. Este nuevo régimen lo controlan quienes nos están contaminando a gran escala, y al parecer, no piensan hacer nada para frenarlo. Quizás ellos sueñen con irse a Marte en un cohete, pero eso nunca ocurrirá. El cambio climático se llevará por delante todo y a todos, si no le ponemos solución en los próximos años.