La negociación del Gobierno con el Vaticano por Cuelgamuros topa con la línea dura de los obispos
El sector más ultra de la Conferencia Episcopal, representado por José Ignacio Munilla o Jesús Sanz Montes, muestra su rechazo a los planes de resignificación de ese espacio que impulsa el Ejecutivo.

Bilbao--Actualizado a
La conversión de Cuelgamuros –uno de los máximos símbolos de la apología de la dictadura– en un espacio que reivindique la memoria de las víctimas ha alborotado las iglesias. Frente a la posición sosegada de una parte de los Obispos en torno a este tema, la línea dura que encarnan José Ignacio Munilla y Jesús Sanz Montes, responsables de las diócesis de Orihuela-Alicante y Oviedo respectivamente, amenaza con hacerse oír.
El whatsapp llegó a las 6.23 de la mañana de este lunes. "En poco más de una hora comienza el programa Sexto Continente, que hoy tratará entre otras cosas sobre el Valle de los Caídos", avisaba el servicio de Prensa del Obispo Munilla en un mensaje enviado poco antes del amanecer de este lunes.
Lo que le quita el sueño a Munilla no es tanto el futuro de Cuelgamuros, sino la gestión que el Gobierno de Pedro Sánchez hará de ese espacio para convertirlo en un lugar de la memoria. "Rezaremos por la reconciliación y porque el alma cristiana de España, esas raíces cristianas, se reaviven", afirmó, cuando ya era de día, desde las ondas de Radio María.
La intervención radial de Munilla llegó después de que se conociera que el Gobierno había llegado a un acuerdo con el Vaticano en torno a los términos de la resignificación de ese lugar: los monjes benedictinos seguirán a cargo de la basílica y, en principio, la famosa cruz del valle seguirá en pie.
Quien sí se fue, aunque no se sabe por cuánto tiempo –Munilla asegura que es algo "temporal"– es el prior del valle y ex candidato falangista Santiago Cantera, uno de los principales rostros públicos del sector más reaccionario que reza y duerme en Cuelgamuros.
El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Francisco César García Magán, mostró el apoyo de los obispos a los términos del acuerdo alcanzado entre el Gobierno y el Vaticano y que contó con el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, como interlocutor.
El clima de diálogo entre el Gobierno y el Vaticano no rebajó las acusaciones de Munilla, que este lunes volvió a cargar contra el Ejecutivo por "manipular" lo acordado y buscar "dividir" a los católicos. Lo hizo, además, entre graves acusaciones al Gobierno por cuestiones como la ley de amnistía a los presos catalanes o la ley de memoria democrática.
"Maldad irresponsable"
El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, optó por el formato escrito para lanzar acusaciones similares. En su carta semanal, acusó a La Moncloa de "querer utilizar a los muertos para ganar batallas perdidas reabriendo las heridas que tanto nos costaron cerrar como hermanos", algo que, a su juicio, "responde a una maldad irresponsable" que "insidia la convivencia" y que "excita la confrontación indeseada".
"Puede ser una cortina de humo más cuando son otros los quebraderos de cabeza y judiciales que en torno la corrupción de gente muy cercana con sus vínculos familiares, prevaricaciones calculadas, malversación de fondos públicos, dilapidación del necesario equilibrio en la división de poderes en un Estado de Derecho (legislativo, ejecutivo y judicial)", señaló.
Ajeno a cualquier signo de acercamiento o diálogo, el Obispo atribuyó al Gobierno la utilización de "armas de 'distracción' masiva" y advirtió sobre "una fijación ideológica beligerante contra la memoria cristiana" en torno a la cruz de Cuelgamuros, un símbolo que, a su criterio, "aboga por la reconciliación entre los pueblos" frente a lo que definió como "otra memoria sesgada y mal llamada democrática".
"Lobos con piel de cordero"
Los reclamos del sector más duro de la Iglesia cuentan con el apoyo de otras organizaciones. Hazte Oír, un lobby de extrema derecha con contactos dentro de la Iglesia, mantiene activa una campaña de presión dirigida a reclamar a la Conferencia Episcopal que frene cualquier intento de resignificación de Cuelgamuros.
"El Valle de los Caídos está a punto de caer en manos del Gobierno más sectario y anticlerical de la historia. El arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, ha pactado con el Gobierno de Sánchez convertir el Valle de los Caídos en un 'museo de los horrores' sobre la Guerra Civil", lamenta el lobby dirigido por Ignacio Arsuaga.
Hazte Oír sostiene que "los obispos tienen que actuar de inmediato" porque, en caso contrario, "demostrarán que son lobos con piel de cordero".
Vía judicial
Abogados Cristianos también ha tomado cartas en el asunto. La organización de juristas ultraconservadores presentó un recurso ante la Audiencia Nacional para tratar de impedir la resignificación de Cuelgamuros, bajo el argumento de que tal medida únicamente podría ser adoptada por el ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial, en cuyo término municipal se encuentra emplazado ese espacio de apología franquista.
Asimismo, Abogados Cristianos ha solicitado la adopción de medidas cautelarísimas por parte del tribunal con el objetivo de frenar los planes del Gobierno en torno a la conversión de Cuelgamuros.
La presidenta de esa organización de abogados, Polonia Castellanos, coincidió con Munilla y Sanz Montes en su interpretación de los hechos: al igual que ambos obispos, cree que el Ejecutivo "ha puesto en marcha la resignificación del Valle para distraer la atención de sus múltiples casos de corrupción".
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