Entrevista a Ione Belarra"En estas circunstancias, Podemos no podría compartir Gobierno con el PSOE"
La secretaria general de Podemos habla en esta entrevista con 'Público' de los retos que afronta la organización en su Asamblea Ciudadana y de la coyuntura política actual.

Madrid-
Cuando Ione Belarra (Pamplona, 1987) fue elegida como secretaria general de Podemos, en 2021, el papel que aspiraba a representar era muy concreto. El de Belarra iba a formar parte de un sistema de liderazgos corales cuya batuta manejaría Yolanda Díaz como líder política del espacio de la izquierda alternativa. Cuatro años después el contexto ha cambiado mucho.
Si en la Asamblea Ciudadana Estatal de 2021 el objetivo era transformar la mayoría de la investidura de Pedro Sánchez en "un auténtico bloque de dirección de Estado", Belarra buscará revalidar la Secretaría General de Podemos en su próxima asamblea, que tendrá lugar este fin de semana en Madrid, y en la que el principal objetivo es el de "volver a poner a la izquierda en pie".

Si en 2021 la hoja de ruta de Podemos se basaba en tratar de crecer en el seno de un Gobierno de coalición con el PSOE, cuatro años después, Belarra asegura que en las circunstancias actuales su partido no podría formar parte del mismo Ejecutivo con los socialistas. De la asamblea ciudadana, la unidad de la izquierda y del contexto geopolítico actual habla Belarra en esta entrevista con Público.
En la última asamblea ciudadana usted cogió las riendas del partido con el objetivo de "enraizar a Podemos en los territorios" y "proteger la mayoría de la investidura" para convertirla en "un bloque de dirección de Estado". ¿Se han logrado estos objetivos?
Esta es una buena pregunta que revela muy bien hasta qué punto tú en política puedes hacer planes que suenan muy bien y planes a medio y largo plazo, pero después es imprescindible adaptarse al contexto concreto. La situación, lamentablemente, ha cambiado muchísimo respecto a cuando yo asumo la Secretaría General hace cuatro años; en ese momento teníamos un espacio, Unidas Podemos, que tenía el mayor peso institucional de la historia de la democracia reciente, la izquierda más fuerte de toda Europa. Y hoy estamos peleando por volver a poner a la izquierda en pie.
Esos objetivos estaban bien planteados para ese momento, pero hoy nos enfrentamos a una ola reaccionaria internacional sin precedentes y echar a Podemos del Gobierno ha comprometido definitivamente las posibilidades de transformación en este país. Hoy tenemos una tarea que está muy lejos de aquella, pero que es igualmente imprescindible, para que en España haya una izquierda con capacidad de cambiar las cosas y de hacer realidad su programa.
¿Qué significa volver a poner a la izquierda en pie?
Pues recuperar esa capacidad de transformación. Lo que consiguió Unidas Podemos fue precisamente poder llevar a cabo nuestro programa, decir que íbamos a hacer avances feministas y que esos avances feministas se escribieran en el BOE y tuviéramos algunas de las políticas feministas más ambiciosas de la historia de nuestro país. Crearnos como partido en oposición a la austeridad y a unos recortes salvajes que hizo en nuestros servicios públicos el bipartidismo y demostrar que se podía gestionar una crisis económica poniendo a la gente a cubierto y creando un escudo social.
Nosotras teníamos capacidad de marcarle el rumbo al bipartidismo, teníamos la capacidad de marcarle el rumbo al PSOE y creo que hemos demostrado que es bueno que pasen cosas, aunque el PSOE no quiera.
El mundo y Europa viven un momento de escalada belicista que ustedes aspiran a combatir. ¿Qué significa hoy en día el 'No a la guerra', cuando Rusia invade Ucrania y puede sacar de ello un reparto colonial del territorio con Estados Unidos, o cuando Israel está cometiendo un genocidio en Palestina sin ningún tipo de intervención exterior?
Nuestro pueblo tiene un ADN pacifista muy profundo. A veces me pregunto si tiene algo que ver con lo que somos como país, con lo que supuso el golpe de Estado militar de Franco, la Guerra Civil, los 40 años de franquismo... Yo creo que algo de eso queda en España y el No a la guerra hace 20 años creo que lo representa.
Hay una cierta intuición de la gente de que al final la paz es el derecho previo, es la condición de posibilidad de que la vida humana se produzca y de que podamos tener un planeta que sobreviva al capitalismo. Por tanto, en este momento el No a la guerra significa la posibilidad de que la vida exista en el mundo y de que podamos tener un planeta que dejarle a nuestros hijos y a nuestras hijas.
Ahora que Trump amenaza con dejar sola a Ucrania si no deja que EEUU explote sus recursos, ¿qué debe hacer la Unión Europea?
Yo creo que la Unión Europea ha cometido errores garrafales en cómo ha afrontado la guerra de Ucrania. Cuando nosotras nos opusimos al envío de armas y dijimos que Europa sólo tiene viabilidad como proyecto político si despliega sus capacidades diplomáticas de expansión de los derechos humanos y trabaja para construir un mundo en paz es porque Europa nunca va a ser una potencia militar, por mucho que gastemos en armas y en defensa, como quiere hacer ahora la señora Ursula Von der Leyen y el señor Pedro Sánchez.
Yo creo que ahí las lecciones que deja la guerra de Ucrania son terroríficas sobre cómo funciona el mundo. Esta guerra se decidió en despachos por parte de poderosos que nunca van a ir a una guerra y se va a terminar en esos mismos despachos, acordada por esos poderosos que se van a repartir Ucrania como si fuera una tarta.
Las lecciones son muy peligrosas y mandan un mensaje sobre cómo quieren los poderosos del mundo que funcione la sociedad, con la ley del más fuerte, la ley de la selva. Por eso los llamamientos a los trabajadores y las trabajadoras a organizarse, porque esta es una guerra y la remilitarización es un proceso en el que no se le ha perdido absolutamente nada a los trabajadores del mundo, ni a los rusos ni a los ucranianos ni a los europeos. Es una guerra entre las élites del mundo por repartirse los recursos y frente a eso, la alianza tiene que ser entre pueblos.
Usted ha puesto en duda el concepto de "autonomía estratégica" de la UE porque, a su juicio, sirve para "reforzar el régimen de guerra". ¿Qué debe hacer la UE después de que Estados Unidos haya dejado de ser un socio fiable y el encargado, teóricamente, de la seguridad y de la defensa europeas?
Fíjate que también otra de las lecciones que deja la guerra de Ucrania es que Estados Unidos no hace eso, que en realidad la OTAN es un sistema militar que busca fortalecer y y alcanzar los objetivos políticos que tiene Estados Unidos. Pero si los objetivos de los países miembros de la OTAN chocan con los objetivos de Estados Unidos, como en este caso, te puede dejar tirado en cualquier momento.
El discurso hegemónico de que Estados Unidos es el 'primo de Zumosol' y nos protege en los momentos difíciles ha sido una gran mentira. En Ucrania lo hemos visto y ahora hay que romper esa dependencia con los Estados Unidos, tanto militar como económica. No tiene ningún sentido hablar de autonomía estratégica cuando en realidad estamos haciendo exactamente lo que nos lleva pidiendo la OTAN y la administración norteamericana desde hace décadas, que es que gastamos el 2% del PIB en armamento.
La Unión Europea tiene que invertir en verdadera seguridad y la seguridad es la sanidad pública, es que la gente se pueda independizar en una vivienda asequible, son las universidades, buenas escuelas, eso es verdadera seguridad. Y ese es el modelo que yo creo que Europa podría exportar al mundo. Esta forma de relación internacional basada en el militarismo, basada en la ley del más fuerte es, como decía Rosa Luxemburgo, el hijo legítimo del capitalismo, que es el sistema económico que nosotros tratamos de combatir para construir un sistema basado en el respeto de los derechos humanos.
Usted le ha pedido al presidente del Gobierno que España salga de la OTAN, pero esta organización ya no representa lo que podía representar hace unos meses, dado que el propio Estados Unidos está poniendo en duda su continuidad. ¿Qué representa la OTAN ahora y qué representaría salir de una alianza que ya no tiene tan claro que deba ser el "escudo militar" de Europa?
Salir de la OTAN significa decir claramente que nosotros no nos vamos a gastar el dinero de nuestra sanidad pública, de nuestra educación pública, de la atención a la dependencia, en armas y defensa. Significa romper la dependencia militar de un país que se ha demostrado que a la hora de la verdad no es un aliado. ¿Cómo va a ser un socio estratégico un país que nos declara una guerra comercial a través de los aranceles?
Las relaciones geopolíticas están cambiando a toda velocidad y yo tengo la sensación de que tenemos unos líderes que trabajan para un mundo que ya no existe y que están teniendo muchas dificultades para entender el mundo de hoy. Y hoy, o construimos una independencia firme de los Estados Unidos, tanto económica como militarmente, o España y Europa no tienen futuro.
El Gobierno ha aprobado recientemente una partida de 2.000 millones para defensa que destina parte de estos recursos a proveedores americanos de la industria militar; Sumar se ha opuesto a este incremento y ha registrado objeciones, pero el aumento se ha aprobado. Entre 2020 y 2023, durante el Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos, el gasto militar se incrementó aproximadamente en 7.000 millones, aunque ustedes también se opusieron. ¿Se puede frenar el gasto militar siendo socio minoritario sin romper el Gobierno de coalición?
Creo que estamos en una situación radicalmente diferente a la de la pasada legislatura, a pesar de que precisamente por las posiciones que tuvimos con la guerra de Ucrania y que tuvimos en materia feminista a Podemos se le expulsó del Gobierno. Aun así, yo lo digo clarísimamente, en estas circunstancias Podemos no podría compartir Gobierno con el PSOE porque nosotras nunca haríamos parte de un Gobierno que impulsa un régimen de guerra y se gasta el dinero de nuestros servicios públicos en armamento y gasto militar.
Lo que está en juego ahora es si podemos volver a tener en España una izquierda que condicione el rumbo del Gobierno. Creo que Podemos lo hizo durante la pandemia. La señora Calviño y la señora Montero, cuando se desató la pandemia, planteaban abiertamente que no había que tomar ninguna medida económica adicional porque la pandemia no iba a tener consecuencias económicas, y conseguimos hacerles entender que era imprescindible desplegar el escudo social, proteger a la gente con el tope al gas.
Ese es el motivo por el que le he pedido a Irene Montero que se ponga ya a trabajar en una candidatura a las elecciones generales, porque creo que, si tenemos la fuerza suficiente, podemos volver a reconducir el rumbo del Gobierno de España y reequilibrar la balanza a nivel europeo, porque ya lo hicimos una vez y estoy convencida de que podemos forzar al Gobierno a que abandone este régimen de guerra. Si se volvieran a dar las circunstancias, este sería el elemento central en una negociación de gobierno, igual que lo fue en su momento la gestión de la pandemia.
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre los incrementos de la pasada legislatura y los de esta?
Yo creo que las cuestiones cualitativas son muy relevantes. En términos cuantitativos vamos al mayor aumento del gasto militar de la historia de este país, 17.000 millones de euros en los próximos tres años, una inversión que se va a hacer a costa de nuestros servicios públicos. Por mucho que mienta el presidente del Gobierno, la realidad es que eso ya han empezado a hacerlo: van a destinar 5.000 millones de euros de los fondos europeos que eran para la transición ecológica a reconvertir la industria civil en industria militar.
Pero es que, además, precisamente el haber defendido lo que defendimos, el habernos opuesto a la guerra de Ucrania, el haber dicho que el PSOE era un partido de la guerra y el haber defendido los avances feministas hicieron que nos echaran del Gobierno. Es que eso es un elemento que no se puede pasar por alto. Y hoy el resultado de esa operación está claro, hoy tenemos un Gobierno en el que sólo manda Pedro Sánchez.
"Nos echaron del Gobierno por oponernos a la guerra de Ucrania, y es un elemento que no se puede pasar por alto"
Pedro Sánchez ha viajado a China y a Vietnam en plena guerra de aranceles provocada por Trump. ¿España y Europa tienen que estrechar lazos con China en el nuevo contexto geopolítico?
Yo tengo la impresión de que este Gobierno, el único objetivo que tiene siempre es buscar un titular, buscar un impacto mediático que le sea favorable, con medidas de maquillaje, con viajes de maquillaje. Porque, ¿de qué sirve ese viaje si en realidad el presidente del Gobierno no está dispuesto a tomar ninguna medida valiente contra los aranceles de Trump, contra los intereses económicos de Trump o contra la dependencia militar que tenemos ahora mismo de los Estados Unidos?
Lo que nos han propuesto es que Trump nos declare una guerra comercial y nosotros hagamos respuestas mesuradas y contenidas porque ¿cómo le vamos a toser a al hombre más poderoso del mundo? El camino lo ha marcado la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a los fascistas se les para con contundencia y con valentía, atacándoles donde les duele, que es en sus intereses económicos.
Tenemos claro cuáles son esos intereses económicos en España: son los fondos buitre que tiene en el sector inmobiliario, 115.000 viviendas que están en manos de fondos buitre norteamericanos en España; pues a esa gente y a esos fondos que ahora mismo mandan más que el presidente del Gobierno hay que decirles que se les van a expropiar sus participaciones y y sus bienes, sus activos, como ellos llaman a sus viviendas en España, para que les deje de interesar venir a robar a España y y dejen de tener herramientas para amenazar a nuestro país.
Usted le ha pedido recientemente a Irene Montero que lidere una candidatura de Podemos por la paz que vaya más allá de su partido y que también interpele a la sociedad. El eje de esta propuesta es el No a la guerra, y ustedes han situado a Movimiento Sumar y a Yolanda Díaz en la "coalición de la guerra" junto al PP y al PSOE. ¿Implica eso que cierran la puerta a negociar con este partido una eventual alianza política o electoral?
Nosotras estamos haciendo esto porque pensamos honestamente que el mundo va directo hacia el desastre y por eso le he pedido a Irene que encabece este proceso político. Creo que debemos estar prevenidas y no pensar que estamos ya en el peor punto posible. ¿Qué quiero decir con eso? Que la estrategia de la socialdemocracia y todos los que han copiado la estrategia de la socialdemocracia, que es "bueno, como las derechas están asalvajadas, virgencita, virgencita, que me quede como estoy", no es posible.
Frente a la desigualdad, frente a la lucha del último contra el penúltimo y frente al odio racista y machista que expande la ultraderecha lo que se necesita son proyectos políticos fuertes, gente que esté orgullosa de defender lo que defiende y de pensar lo que piensa. Y yo creo que Irene Montero ha demostrado muchas veces que no le tiemblan las piernas para enfrentarse a los poderosos cuando toca defender a los de abajo.
Creo que si conseguimos hacer la tarea política, si conseguimos poner esa izquierda en pie, una izquierda de poder y de gobierno, una izquierda de paz, la cuestión de las alianzas va a caer por su propio peso. Pero lo principal es que podamos hacer la tarea política. Lo que demuestran las elecciones europeas es que hay mucha gente en España que no se conforma, que no está dispuesta a colgar las botas y a que lo único que se pueda votar en España sea PP o PSOE. Entonces, en base a esos resultados y en base a esa tarea, creo que hay mimbres para que podamos construir una candidatura a las elecciones generales que vuelva a inclinar la balanza y vuelva a cambiar las tornas en este país.
"Hay actores (en Sumar) que están ahí muy incómodos ideológicamente"
Dice que las alianzas caerán por su propio peso, pero ¿en esa alianza se podría incluir a Movimiento Sumar?
Yo no soy la persona que más paciencia tiene en el mundo, pero creo que hay que esperar. Creo que tenemos que esperar a ver si nosotras, y confío bastante en Irene y en nuestras fuerzas, somos capaces de acometer la tarea política que nos hemos propuesto, que es construir ese proceso social que interpele a los sectores que están desencantados con un Gobierno que pensaban que iba a ser igual que el anterior y es incapaz de hacer ninguna política que no pudiera hacer el Partido Popular y que nos está metiendo en un régimen de guerra.
Y al mismo tiempo creo que también hay que esperar para ver cómo evoluciona ese paraguas que se llamó Sumar, que ahora mismo tiene muchísimos problemas precisamente por las contradicciones internas e ideológicas que se han generado con este nuevo contexto. Toca ver si podemos construir nuestra tarea política y también esperar sin meternos en las cuestiones internas de un paraguas con actores que están ahí muy incómodos ideológicamente.
¿Qué formación está incómoda, Izquierda Unida?¿No sitúan a Izquierda Unida en la coalición de la guerra?
Me parece que sería imprudente por mi parte meterme en esas cuestiones internas. Yo creo que todo el mundo sabe cuáles son esas cuestiones ideológicas que incomodan a los distintos actores, porque lo dicen ellos mismos. Ojalá Podemos sea capaz de construir la candidatura más amplia, que interpele al máximo de sectores posibles y al máximo de actores para poder recuperar la capacidad de transformación. Nosotras lo que queremos es que la izquierda vuelva a mandar en España para ser clara y creo que lo podemos hacer, pero evidentemente no lo puede hacer Podemos solo.
Usted fue la impulsora de la ley de vivienda en la pasada legislatura. Con lo que se ha agravado la situación respecto a los precios y la situación dramática de muchas personas, ¿esta ley es válida para solucionar el problema o, al menos, aliviarlo?
Rotundamente no. Es una ley para 2020 que ahora mismo no sirve para el contexto de vivienda actual, porque hoy necesitamos unas medidas de choque que realmente bajen los precios. Creo que la medida central, que sería clave para cambiar la estructura de propiedad de la vivienda en España, que es imprescindible para bajar el precio, es prohibir que se puedan comprar viviendas que no sean para vivir en ellas.
En la primera pregunta le mencionaba el objetivo de "enraizar a Podemos en los territorios". ¿Qué proyecto territorial debe salir de la Asamblea CViudadana?
Creo que, a pesar de la enorme dificultad a la que nos hemos enfrentado en estos años, que es una operación de régimen para sustituirnos, hoy a nivel territorial estamos mucho mejor que entonces. Creo que hemos hecho una serie de trabajos cualitativos, que no se aprecian inmediatamente, pero que son muy relevantes, como trabajar en la organización juvenil, en las oficinas de colaboración social que nos permiten enraizar en los barrios... y confío en que en esta nueva fase vamos a poder cumplir esos objetivos de enraizamiento territorial con un poquito más de calidad.
Sí que me gustaría añadir una cosa que es que en esta asamblea uno de los objetivos centrales que nos hemos propuesto es fortalecer a Podemos como una organización antirracista y vamos a imponer por primera vez cuotas del 18% en todos los órganos municipales, autonómicos y estatales para que las personas racializadas y o migrantes estén debidamente representadas o al menos empiecen a estar debidamente representadas en los órganos de toma de decisiones. Eso me tiene particularmente orgullosa.
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