Receta de zorza gallega: el picadillo más sabroso del norte

La zorza gallega es un plato tradicional que consiste en trozos de carne adobada, al estilo de unos pinchitos morunos. Se suele servir con patatas y huevo fritos, como un picadillo delicioso en el que destacan los sabores del pimentón (picante y dulce) y el ajo, y a veces también el del orégano. Es una preparación que antiguamente se hacía durante la matanza del cerdo, durante la cata de las carnes del chorizo (con la zorza se rellenaban estos embutidos).

Es una receta muy sencilla de preparar, siempre que se respete el tiempo necesario para que el adobo impregne bien la carne (lo ideal es dejarla de un día para otro marinándose). Luego, los trozos de cerdo se fríen a fuego fuerte, ya que se deben servir dorados. Puedes acompañarla con patatas fritas, arroz blanco, o incluso usar la zorza como condimento para alguna de tus pastas.

Prepara el adobo:

Machaca los ajos en un mortero con un poco de sal.

Añade el pimentón, el orégano y el vino blanco. Mezcla bien.

Vierte esta mezcla sobre la carne troceada y remueve para que se impregne bien.

Cubre el recipiente con film y deja marinar la carne entre 12 y 24 horas en la nevera para que coja bien el sabor.

Hora de freír:

Saca la carne del frigorífico y deja que tome temperatura ambiente unos minutos.

En una sartén grande, calienta el aceite de oliva y añade la zorza. Fríe a fuego medio-alto hasta que esté dorada y bien hecha (unos 10-15 minutos, removiendo de vez en cuando).

Sirve caliente, acompañada de patatas fritas y opcionalmente con un huevo frito.