El Gobierno se revuelve ante los obispos y la OTAN en otro día duro para el PSOE con la UCO en Ferraz
El presidente mantiene su pulso con la Alianza Atlántica y en Moncloa confían en que Rutte redacte un acuerdo en el que España no tenga que subir el gasto militar más allá del 2% del PIB
La cúpula de la Iglesia avala un adelanto electoral y el Gobierno acusa a los obispos de "estar en comunión espiritual y política con la derecha y la ultraderecha".

Madrid-
Esta semana, Pedro Sánchez se reunía con varios portavoces de los grupos parlamentarios que apoyan al Gobierno con el objetivo de abordar la crisis generada por el caso Cerdán. Los dirigentes que se vieron con el presidente coincidieron en la imagen de un líder "tocado" y, en cierto sentido, paralizado por el shock generado por la situación.
En las últimas horas, la sensación ha sido algo distinta. El líder del PSOE parece haber salido de su letargo y da síntomas de abandonar, poco a poco, su colapso. El Gobierno trata de mostrar su determinación en dos frentes que se han abierto en los últimos días y que, no obstante, no han logrado desplazar del todo el foco del escándalo de corrupción que involucra a José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán, cuya investigación sigue su curso.
El primero es el pulso que el Ejecutivo mantiene con Estados Unidos y la OTAN a cuenta de la subida del gasto militar, y el segundo es el relativo al enfrentamiento declarativo que los de Sánchez han tenido con la Conferencia Episcopal, tras validar los obispos la necesidad de una convocatoria electoral anticipada.
El jueves, el propio Sánchez remitió una carta al secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, para oponerse a la subida del 5% del PIB en inversión en defensa que exige la Administración dirigida por Donald Trump. Desde la Casa Blanca se respondió de manera indirecta a esa carta asegurando que todos los países de la OTAN (que celebra una cumbre la próxima semana con el objetivo de adoptar este acuerdo) incrementarían su gasto en esta materia, y mencionando expresamente que España no sería una excepción.
En la jornada del viernes, se produjeron, según relatan a Público fuentes de Moncloa, algunos avances en este sentido. En el Gobierno tienen buenas vibraciones por cómo el equipo de Rutte ha recibido la misiva de Sánchez. Según estas fuentes, los dirigentes de la OTAN se muestran abiertos a pactar y negociar un redactado del acuerdo entre los aliados en el que España no se tenga que mover del 2% del PIB para gasto militar. Muestran cautela en Moncloa, pero creen que "esto podría llegar a encarrilarse manteniéndose España en su posición de no más gasto sin que suponga un bloqueo de la cumbre".
De momento, el presidente y Moncloa mantienen su postura y, según el otro partido que forma parte del Gobierno, Sumar, es muy probable que la sostenga hasta el final. Fuentes de este espacio trasladan que no saben si Sánchez se opone a esta subida del gasto en defensa "por convicción", pero no dudan de que "no le queda otra salida", porque cualquier incremento de esta partida supondría un grave problema tanto con Sumar como con los aliados parlamentarios del Gobierno que podría terminar rematando la legislatura.
"El Gobierno se ha plantado"
Destacan, además, que Sánchez fue "muy expresivo y contundente" en la carta remitida a Rutte al asumir que una subida del gasto militar "es incompatible con el Estado del bienestar" de España. "Hay frases y posiciones de las que es imposible volver, y esta es una de ellas; no creo que eso se le pase por la cabeza al presidente", comenta un dirigente de Sumar.
Este mismo viernes, la secretaria de Política Económica y Transformación Digital del PSOE, Enma López, aseguraba que "la OTAN nos está pidiendo invertir el 5% del PIB y el Gobierno se ha plantado porque no estamos dispuestos a recortar derechos sociales, ni a endeudarnos ni a frenar la economía".
Desde Sumar develan que, aunque de momento no se están produciendo conversaciones ni con el PSOE ni con el presidente para abordar una estrategia común respecto a la cumbre de la OTAN, las posiciones están alineadas porque "Sánchez conoce perfectamente nuestro rechazo a cualquier incremento, también al del 2% que ya se aprobó en el Consejo de Ministros y al que nosotros presentamos objeciones".
"No es el señor Trump quien nos va a decir cómo tenemos que organizar la defensa de los españoles y de los europeos. Los tiempos del dictado por parte de Estados Unidos de la política de defensa tienen que terminar", declaraba este viernes Ernest Urtasun, portavoz de Movimiento Sumar y ministro de Cultura.
La otra disputa que parece haber sacado de su letargo al ala socialista del Gobierno se inició cuando el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, apeló el jueves a una convocatoria electoral anticipada para superar la "situación de bloqueo" provocada por el denominado caso Cerdán. Este viernes, el secretario general de la institución, Francisco César García Magán, volvió a insistir en esta idea: "Que hablen los ciudadanos es un principio básico de una democracia", apuntó.
Bolaños, a los obispos: "No es la primera vez que se produce una comunión espiritual y política con la derecha y la ultraderecha"
Ante los mensajes de la cúpula de la Iglesia española, el Gobierno finalmente optó por contestar. Lo hizo a través de una carta del ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, remitida a Argüello, en la que pidió a los obispos un compromiso "con la neutralidad política y partidista". "No es la primera vez en nuestra historia reciente en la que se produce una comunión espiritual y política entre la organización que preside y los partidos políticos de la derecha y la ultraderecha", espetó el ministro al presidente de la Conferencia Episcopal.
Pese a que Sánchez parece camino de abandonar su shock, el proceso de desgaste para el PSOE por la supuesta trama de corrupción vinculada a Cerdán (hasta hace unos días, mano derecha del presidente), Ábalos y Koldo García sigue su curso. Este viernes se ha producido una imagen muy dura para los socialistas con la entrada de varios miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en la sede de Ferraz, en el Ministerio de Transportes y en Adif para clonar los correos corporativos de Ábalos y de Cerdán.
En Moncloa son conscientes de que la imagen de la Guardia Civil entrando en la sede del partido o en el ministerio que dirigió Ábalos son muy desagradables y que generan rechazo en la ciudadanía. Sin embargo, ponen en valor la colaboración con los agentes en todo momento y lo contrastan con la investigación de la trama Gürtel, cuando "en la sede del PP se intentó romper los discos duros a martillazos". "Se les ha dado todas las facilidades, teníamos asumido que esto iba pasar", deslizan en Moncloa.
"Cuando alguien roba, su despacho es de los primeros sitios a los que se acude para investigar", afirman, explicando que la actuación policial ha estado circunscrita exclusivamente a Santos Cerdán. "Ha sido una intervención muy quirúrgica, se han llevado cosas concretas, y no han ido a abrir una investigación prospectiva en Ferraz ni en Transportes", subrayan desde Moncloa.
Por su parte, fuentes del ala de Sumar en el Gobierno reconocen que, "aunque no estamos hablando de discos duros destruidos, ni de policías de uniforme poniendo patas arriba una sede, como ha sucedido con los casos de corrupción del PP, la imagen para el PSOE es muy simbólica y causa desgaste".
Este escándalo, además, no sólo está removiendo los cimientos del PSOE, sino que también parece tener efectos en Sumar. La próxima semana, Compromís y Més, partidos integrados en la coalición liderada por Yolanda Díaz en el 23J, decidirán si abandonan el grupo parlamentario del Congreso, una decisión que también estaría sopesando CHA.
Aunque desde estas formaciones precisan que ya había malestar con el funcionamiento del grupo antes de que estallara el caso Cerdán, reconocen que este escándalo abre una nueva fase en la legislatura y puede terminar decantando la balanza hacia la salida del grupo de Sumar en la Cámara Baja.
Voces de Izquierda Unida manifiestan en este sentido su preocupación con que, en un momento en el que consideran que es esencial cerrar filas contra la corrupción y a favor de la presión a la parte socialista del Gobierno para que se aprueben medidas sociales, lo que se produzca es todo lo contrario, una descomposición del espacio.
Reunión Sánchez e Illa
Otro hecho muy comentado sucedió este viernes. El presidente del Gobierno recibió al president de la Generalitat de Catalunya en el Palacio de la Moncloa, una reunión que no había sido anunciada en las agendas oficiales de ninguno de los dos. Las especulaciones no tardaron en saltar. Y desde Moncloa intentan quitar hierro al asunto y sitúan el encuentro en la normalidad de "dos amigos y personas muy importantes del PSOE que han tenido un encuentro privado para comentar la difícil situación actual". "Salvador Illa ha ido a casa de Sánchez para hablar", explican esas fuentes.
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